Uno de los dulces tradicionales que se preparan en casi todas las casas en estas fechas son las Torrijas…
Nos encontramos en tiempo de Cuaresma, tiempo de reflexión e iluminación. Los cristianos católicos se preparan durante 46 días a contar desde el Miércoles de Ceniza, para la fiesta de Pascua de Resurrección. De este periodo, podemos decir que su punto álgido es la Semana de Pasión o Semana Santa, y aunque se celebra en todas partes del mundo, uno de los lugares donde más se disfruta y se vive es en Andalucía.
Las familias andaluzas cofrades disfrutan la Cuaresma y las actividades sociales que las atañen; visitan a sus titulares en besamanos y besapies, acuden a actos religiosos principales, celebran el Domingo y se toman alguna que otra cerveza o copa de vino con los amigos al sol, mientras debaten sobre temas de cofradías… Pero cuando quedan en la intimidad de sus hogares, se afanan por hacer todos los preparativos para realizar la estación de penitencia con sus Hermandades; preparan sus túnicas con esmero, sacan brillo a sus zapatos y hebillas, planchan su ropa de costalero, dan las últimas puntadas a los dobladillos de ese monaguillo nuevo que se incorpora a la tradición, etc.
Y como no podía ser de otra manera, con el gusto por comer y beber que nos define, y con esta tradición gastronómica tan potente que tenemos, no podría haber fiesta sin receta.
Aunque hay muchas maneras distintas de hacerlas según el punto de España en el que os encuentréis, yo os dejaré la que me enseñó mi abuela.
Necesitamos (para 4 personas):
• Pan de Torrijas (suelen venderlos en cuadradillos)
• 400 ml de Vino Cream
• 1 litro de Leche
• 1 varita de Canela en Rama
• Piel de un limón
• Canela Molida
• Azúcar
• Huevos
• Aceite de Oliva Suave o Girasol
Como preparar:
En un cazo pondremos a calentar la leche con el vino, la ralladura de limón, la rama de canela y 12 cucharadas soperas rasas de azúcar, esta cantidad se puede incrementar, en función de lo dulces que os gusten. Lo dejaremos hasta que evapore el alcohol del vino. Una vez hecho esto, lo retiramos del fuego y lo dejamos tapado que se enfríe y se ponga a temperatura ambiente.
Cogemos una fuente grande y ponemos la leche atemperada e introduciremos el pan para que se empape bien. Deberéis tener cuidado de no dejarlas mucho tiempo, no sea que se pongan demasiado blandas y se os partan.
Mientras ponemos la sartén al fuego, con aceite de oliva suave, a fuego medio-alto.
Batimos los huevos (id añadiendo huevos en función de lo que vaya pidiendo la receta) con una pizca de sal e iremos rebozando las torrijas con cuidado de no partirlas.
Las meteremos en el aceite ya caliente y las vamos friendo más o menos 1 minuto y medio por cada lado, (cuidado que saltará el aceite) dándoles la vuelta ayudados de una espumadera y una paleta de madera.
Sacamos la torrija y las ponemos en una fuente limpia a escurrir con papel de cocina o servilletas para que no se queden aceitosas.
En un bol mezclaremos azúcar y canela molida, y una vez escurridas las torrijas, las iremos pasando por el bol. Es más recomendables pasarlas todavía calentitas para que se quede adherida la mezcla.
*Las más tradicionales en Jerez se terminan bañándolas en un almíbar de miel, pero son más fáciles que gusten a toda la familia, incluso los más pequeños.
Que aproveche!