Generalmente nos encontramos con la situación de clientes que han encontrado un local en un sitio que les gusta y quieren montar un bar, una cafetería, o cualquier otro negocio. Vienen a principios de Octubre, y esperan que su negocio empiece a dar frutos en fechas navideñas.
Seamos claros. Esto no es posible. Y no es posible, no porque no se pueda hacer un proyecto o realizar las obras en cuestión de dos meses, sino por varios motivos; entre ellos el más importante y el que más suele retrasar el desarrollo del proceso para la apertura de un negocio, es los periodos de tiempo inherentes a los trámites urbanísticos.
Muchos emprendedores que se estrenan con su local o que deciden ampliar su empresa, debido a su desconocimiento, al generalizado pensamiento de que consultar y contratar a un estudio de arquitectura les generará demasiados “gastos innecesarios” o por simple imprudencia, terminan trabajando en la ilegalidad, sin ningún tipo de apoyo técnico, con una licencia de obra menor pendiente del visto bueno por continuos requerimientos administrativos que no se habían previsto, y se arriesgan a una sanción que les puede costar hasta 6.000 euros y, en el peor de los casos, también la clausura del local hasta regularizar su situación…